sábado, 31 de diciembre de 2011

Hace una semana...

... te odiaba. Ojalá pudiese volver a justo hace una semana... ¿Habría cambiado algo?


¿Y tú? ¿Qué habrías cambiado?

Día 5...

Hoy estoy feliz, ¿sabes? Hoy, por fin, voy a poder ponerle final al peor año de mi vida. Ojalá hubiese podido sacarlo a empujones un poco antes. Sabes cómo soy, y este año ha estado a puntito de hacerme tocar fondo, pero sigo dando guerra. Me ha traido cosas muy buenas, como a Beni, algún día te hablaré de ella; pero creo que si no hubiese sido por mis niños, que no me han dado permiso para tropezar, y mis amigas, que me han puesto de pie otra vez cuando lo he hecho, no estaría tan feliz como estoy ahora.

El lado bueno ha sido ver que hay más gente pendiente de mí de lo que podría imaginar, gente que me ha cuidado sin apenas conocerme. Me ha sorprendido sentirme tan arropada, tan querida... Y tengo la suerte de poder levantarme todos los días e ir a trabajar precisamente con ellos e intentar darles una mínima parte de todo lo que ellos me han dado a mí. Y, ¿sabes lo mejor? Que ahora ya no tengo miedo a caerme, porque sé que  no voy a estar sola... 

No sé si suena prepotente o qué, pero sé que puedo con todo lo que me echen. Soy blandita, pero resistente y sé que, con mi actitud, ni nada ni nadie puede conmigo. Los gatos siempre caemos de pie, ¿sabes?  ;) 

Hoy, como siempre, te sigo queriendo... 



viernes, 30 de diciembre de 2011

Lo sabía...

Tenía claro que acabaría sintiéndome así. He vuelto a engañarme, pero ahora lo tengo claro... Nunca sentirás por mí lo mismo que yo por ti, por mucho que me empeñe. Tu vives de un recuerdo, no de mí. No me quieres, ¿verdad? La distancia ha tardado sólo unos días en dejarte ver... Y yo sigo tapándome los ojos fuerte...

Hoy te siento lejos, y todos los mensajes del mundo no harán que te tenga más cerca.Hoy quererte duele.


Irrealidad

Empiezo a pensar que me lo he imaginado todo, que yo te inventé y que solamente seguirás existiendo mientras  te escriba. Cierro los ojos e intento recordar los últimos días, pero sólo guardo imágenes, sin piel, sin vida. ¿Y si yo te he creado y yo misma te estoy haciendo desaparecer? 

Hoy no estás, y tengo miedo a acostumbrarme a esta sensación. No me engaño, créeme, sé que si no estás es únicamente porque no quieres hacerlo. Y eso, de algún modo, ya es cierto consuelo.

Por eso me quedo en mi lugar, no pretendo acercarme si no quieres que lo haga. Sigo aquí, escondida, aunque sabes bien cómo encontrarme.

 

Día 4...

Todo podría resumirse en "me muero por verte". Y, aunque supongo que lo sabes, no te lo quiero decir, no por lo que significa en sí, sino por lo que puedas interpretar. Uno de tus miedos es que yo te pida cosas, eso me ha quedado claro en varias ocasiones. Y no quiero que se pueda confundir un deseo con un reproche o algo por el estilo.

Hoy es otro día, aunque es uno más sin ti, otro casi igual que ayer. Mis amigas me miran con cara rara cuando les cuento cosas. Creo que piensan que definitivamente se me ha ido la cabeza. Antes me decían que esperase a verte, que seguro que cambiaría de opinión, que te tenía idealizado y que cuando te tuviera delante me daría cuenta. Tú no lo sabes, pero has sido centro de discusión algún que otro sábado de madrugada. Con ellas tuve un poco la misma sensación que cuando hablaba contigo, cómo hacerle entender a alguien lo que sientes, como defender lo que crees con argumentos tan aplastantes como "es que es J.". Imposible, ya lo he comprobado.

Sigo pensando lo mismo, "if it's meant to be, it will be". Feliz día corazón. 

jueves, 29 de diciembre de 2011

Día 3...

Lo bueno de no tener claro si has llegado al blog o no es que puedo seguir escribiendo con libertad, pensando que sigo haciéndolo sólo para mí. Por mucho que alguien te conozca siempre necesitas rincones, partes vulnerables que esconder. Si, a veces, ni siquiera nos reconocemos cosas a nosotros mismos, ya sabes, si no lo nombras no existe...

Debería haber sabido que vendrían los momentos bajos, tarde o temprano siempre hay ratos de flaqueza. A mí me ha tocado hoy. Intento ser positiva, quiero pensar que, si tanta gente puede, lo nuestro no tiene por qué ser más debil que lo del resto del mundo. Pero cuando te veo dudar me asusto. Te lo dije, si hay algo que no me puedo permitir es tener miedo... Porque me paraliza, se lleva todo el optimismo y me deja sin fuerzas para seguir intentándolo. 


Yo también dudo, ¿sabes? Pero no exactamente de no poder con ello. Mi miedo es más a que, en algún momento, pienses que el esfuerzo no merece la pena, que no soy lo que quieres. A eso es a lo que le temo, no al tiempo ni a la distancia, sino a que pienses que, al final, no merezco tanto la pena. 

Paso a paso y a ver a dónde nos lleva esto... Me da miedo perderte en el camino. 

Mañana será otro día y, seguramente, vuelva a despertarme optimista. Pero hoy, hoy voy a permitirme el lujo de sentirme débil. 

martes, 27 de diciembre de 2011

Lo que nunca sabrás...

... es que hasta el último minuto no descarte buscarte en el aeropuerto...

Día 2...

No puedo negar que me lo he ganado a pulso. Después de tantos años conociéndome como lo haces, no confías en mí, no puedes creer que no vaya a hacerte daño otra vez. Duele, pero no puedo decir que no lo entienda. No quiero convencerte de nada, venderte aire... Pero resulta tan frustrante sentir algo con tanta fuerza y no poder hacer que lo veas... 

Y nos prometimos cosas que no sé si algún día cumpliremos... Nos seguiremos viendo... Me cuidarás, aunque sabes que siempre me he cuidado sola... Promesas con abrazos y sin besos para no repetir patrones... 

Como dijo Sabina, "la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido".

domingo, 25 de diciembre de 2011

Día 1...

Te miro, te sonrío, y en ese momento daría toda mi vida a cambio de una contigo. Y, ya ves, no te lo he dicho. Una vez más he sido incapaz de hacerte entender que prefiero poquito contigo que una vida sin ti. Y ya sé que me dirías que he tardado en darme cuenta, y así es... 

No sé si escribo porque realmente lo necesito o para que algún día lo leas. Supongo que me queda una vida por delante para decidirlo. Sin ti... una vida, o algo... No tengo claro si tan siquiera se le podría llamar existencia. Después de estar contigo me quedo con dolor, dolor en los brazos de no abrazarte, en el aire de no respirarte, y en el alma sabiendo que nunca estaremos juntos. 

La vida da muchas vueltas, tú lo dijiste. Ojalá algún día diese una de campana que, sin saber dónde ni cómo, nos pudiera poner cerca... Y soy positiva, lo sabes y lo sé, pero duele... Sobre todo duele pensar que si hemos llegado a este punto ha sido por mi culpa, por no saber ver lo que tenía delante, por no haber gritado SÍ cuando tú lo veías tan claro. Y por mi estupidez te he perdido sin haberte tenido nunca... Por segunda vez. 

Mañana volveré a verte, y ya no sé cuando más... No es fácil, no es sano, pero supongo que es lo que los dos queremos y, además, ninguno de los dos queremos evitarlo... 

Sólo me queda pensar que tal vez algún día...